martes, 30 de diciembre de 2014

Mitos y realidades sobre las enfermedades mentales.



A menudo la gente tiene miedo de hablar sobre la salud mental porque hay muchos malentendidos sobre las enfermedades mentales.

Es importante conocer las realidades para eliminar la discriminación y para empezar a tratar a la gente con enfermedades mentales con respeto y dignidad. He aquí algunos mitos y realidades comunes sobre la salud mental.

Mito: No hay esperanza para la gente con enfermedades mentales.
Realidad: Hay más tratamientos y estrategias para la gente con problemas de salud mental que nunca antes. Las personas con este tipo de dificultades pueden llevar vidas activas y productivas.

Mito: No puedo hacer nada por alguien con una enfermedad mental.
Realidad: Podemos hacer mucho más de lo que piensa la mayoría de la gente. Comenzando por la forma en que actuamos y hablamos, podemos crear un ambiente que dé fuerzas a la gente y promueva una buena salud mental. Conozca toda la verdad sobre la salud mental y compártala con otros, especialmente si oye algo que no es cierto.

Mito: La gente con enfermedades mentales es violenta e impredecible.
Realidad: La gran mayoría de la gente en esta situación no es más violenta que cualquier otra persona. Hay grandes probabilidades de que usted conozca a alguien con una enfermedad mental y usted ni siguiera lo sepa.

Mito: Las enfermedades mentales no pueden afectarme.
Realidad: Las enfermedades mentales son sorprendentemente comunes. Las enfermedades mentales no discriminan y pueden afectar a cualquiera.

Mito: Enfermedad mental equivale a retraso mental.
Realidad: Son dos trastornos diferentes. Un diagnóstico de retraso mental se caracteriza por las limitaciones en el funcionamiento intelectual y por dificultades con ciertas destrezas de la vida cotidiana. Por contraste, la gente con enfermedades mentales – condiciones de salud que pueden conllevar cambios en el pensamiento, humor y comportamiento de la persona – presenta gran variedad de funcionamiento intelectual, exactamente como con la población general.

Mito: Las enfermedades mentales aparecen como consecuencia de la debilidad de carácter.
Realidad: Las enfermedades mentales son producto de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. Los estudios científicos muestran que los factores genéticos y biológicos están asociados con la esquizofrenia, depresión y alcoholismo. Influencias sociales como la pérdida de un ser querido o del empleo también pueden contribuir al desarrollo de varios trastornos.

Mito: La gente con enfermedades mentales no pueden tolerar el estrés de tener un empleo.
Realidad: En esencia, todos los empleos son estresantes hasta cierto punto. La productividad se maximiza cuando hay una buena combinación entre las necesidades del empleado y las condiciones de trabajo, tenga o no la persona carencias de salud mental.

Mito: Una vez la gente muestra enfermedades mentales, nunca se recupera.
Realidad: Estudios científicos muestran que la mayoría de gente con enfermedades mentales mejora y muchos se recuperan por completo. La recuperación se refiere al proceso por el cual la persona es capaz de vivir, trabajar, aprender, y participar íntegramente en su comunidad. Para algunas personas, la recuperación es la capacidad de vivir una vida realizadora y productiva. Para otros, la recuperación implica la reducción o completa desaparición de los síntomas.

Mito: Los niños no experimentan las enfermedades mentales. Sus acciones son sólo el producto de una mala educación en la casa.
Realidad: En un porcentaje considerable de casos, los síntomas de enfermedad mental (por ejemplo, trastornos de ansiedad) comienzan desde la infancia y la adolescencia.

Mito: Los niños se comportan mal o fallan en la escuela para atraer la atención.
Realidad: Los problemas de comportamiento pueden ser síntomas de trastornos psiquiátricos y no de estrategias para atraer la atención. Estos niños pueden tener éxito en la escuela con la comprensión y atención médica adecuada.