A menudo la gente tiene miedo de hablar sobre la salud mental porque hay muchos malentendidos sobre las enfermedades mentales.
Es
importante conocer las realidades para eliminar la discriminación y
para empezar a tratar a la gente con enfermedades mentales con respeto y
dignidad. He aquí algunos mitos y realidades comunes sobre la salud
mental.
Mito: No hay esperanza para la gente con enfermedades mentales.
Realidad:
Hay más tratamientos y estrategias para la gente con problemas de salud
mental que nunca antes. Las personas con este tipo de dificultades
pueden llevar vidas activas y productivas.
Mito: No puedo hacer nada por alguien con una enfermedad mental.
Realidad:
Podemos hacer mucho más de lo que piensa la mayoría de la gente.
Comenzando por la forma en que actuamos y hablamos, podemos crear un
ambiente que dé fuerzas a la gente y promueva una buena salud mental.
Conozca toda la verdad sobre la salud mental y compártala con otros,
especialmente si oye algo que no es cierto.
Mito: La gente con enfermedades mentales es violenta e impredecible.
Realidad:
La gran mayoría de la gente en esta situación no es más violenta que
cualquier otra persona. Hay grandes probabilidades de que usted conozca a
alguien con una enfermedad mental y usted ni siguiera lo sepa.
Mito: Las enfermedades mentales no pueden afectarme.
Realidad:
Las enfermedades mentales son sorprendentemente comunes. Las
enfermedades mentales no discriminan y pueden afectar a cualquiera.
Mito: Enfermedad mental equivale a retraso mental.
Realidad:
Son dos trastornos diferentes. Un diagnóstico de retraso mental se
caracteriza por las limitaciones en el funcionamiento intelectual y por
dificultades con ciertas destrezas de la vida cotidiana. Por contraste,
la gente con enfermedades mentales – condiciones de salud que pueden
conllevar cambios en el pensamiento, humor y comportamiento de la
persona – presenta gran variedad de funcionamiento intelectual,
exactamente como con la población general.
Mito: Las enfermedades mentales aparecen como consecuencia de la debilidad de carácter.
Realidad:
Las enfermedades mentales son producto de la interacción de factores
biológicos, psicológicos y sociales. Los estudios científicos muestran
que los factores genéticos y biológicos están asociados con la
esquizofrenia, depresión y alcoholismo. Influencias sociales como la
pérdida de un ser querido o del empleo también pueden contribuir al
desarrollo de varios trastornos.
Mito: La gente con enfermedades mentales no pueden tolerar el estrés de tener un empleo.
Realidad:
En esencia, todos los empleos son estresantes hasta cierto punto. La
productividad se maximiza cuando hay una buena combinación entre las
necesidades del empleado y las condiciones de trabajo, tenga o no la
persona carencias de salud mental.
Mito: Una vez la gente muestra enfermedades mentales, nunca se recupera.
Realidad:
Estudios científicos muestran que la mayoría de gente con enfermedades
mentales mejora y muchos se recuperan por completo. La recuperación se
refiere al proceso por el cual la persona es capaz de vivir, trabajar,
aprender, y participar íntegramente en su comunidad. Para algunas
personas, la recuperación es la capacidad de vivir una vida realizadora y
productiva. Para otros, la recuperación implica la reducción o completa
desaparición de los síntomas.
Mito: Los niños no experimentan las enfermedades mentales. Sus acciones son sólo el producto de una mala educación en la casa.
Realidad:
En un porcentaje considerable de casos, los síntomas de enfermedad
mental (por ejemplo, trastornos de ansiedad) comienzan desde la infancia
y la adolescencia.
Mito: Los niños se comportan mal o fallan en la escuela para atraer la atención.
Realidad:
Los problemas de comportamiento pueden ser síntomas de trastornos
psiquiátricos y no de estrategias para atraer la atención. Estos niños
pueden tener éxito en la escuela con la comprensión y atención médica
adecuada.