jueves, 28 de agosto de 2014

¿Qué es la esquizofrenia?



La esquizofrenia afecta a hombres y mujeres por igual. Se da en índices similares en todos los grupos étnicos alrededor del mundo. Los síntomas como las alucinaciones y los delirios generalmente comienzan entre los 16 y los 30 años. Los hombres tienden a experimentar los síntomas un poco antes que las mujeres. En la mayoría de los casos, las personas no desarrollan la esquizofrenia después de los 45 años. Rara vez se da en niños, pero se está tomando más conciencia acerca de la aparición de la esquizofrenia en la infancia.

Puede resultar difícil diagnosticar esquizofrenia en un adolescente, ya que los primeros indicios pueden incluir comportamientos comunes entre los adolescentes: cambio de amigos, caída de las calificaciones, problemas para dormir e irritabilidad. Existe una combinación de factores que pueden predecir la esquizofrenia en casi un 80 por ciento de los jóvenes en riesgo de desarrollar la enfermedad. Estos factores incluyen: aislamiento y retraimiento, aumento de pensamientos y sospechas inusuales y antecedentes familiares de psicosis. En los jóvenes que desarrollan la enfermedad, esta etapa se llama período "prodrómico".

¿Las personas con esquizofrenia son violentas?
Generalmente, las personas con esquizofrenia no son violentas. De hecho, la mayoría de los crímenes violentos no son cometidos por personas con esquizofrenia. Sin embargo, hay ciertos síntomas asociados con la violencia, como los delirios de persecución. El abuso de sustancias puede aumentar las probabilidades de que una persona se vuelva violenta. Si una persona con esquizofrenia se vuelve violenta, la violencia generalmente va dirigida hacia miembros de la familia y tiende a ocurrir en el hogar.

Aunque es pequeño el riesgo de violencia entre las personas que padecen esquizofrenia, el intento de suicidio es mucho más frecuente que en la población general. Alrededor de un 10 por ciento mueren por suicidio (en especial los adultos jóvenes masculinos). Es difícil predecir qué personas con esquizofrenia son propensas al suicidio. Por esta razón, si conoce a alguien que habla o tiene intentos de suicidio, ayúdelo(a) a encontrar la ayuda profesional adecuada de inmediato.

¿Qué causa la esquizofrenia?
Los expertos sostienen que hay varios factores que provocan la esquizofrenia.

Genes y medio ambiente. Los científicos han sabido por mucho tiempo que la esquizofrenia es hereditaria. La enfermedad ocurre en un 1 por ciento de la población general y en un 10 por ciento de las personas que tienen un parentesco de primer grado con alguien que padece del trastorno, como un padre o un hermano. Las personas que tienen un parentesco de segundo grado con alguien que padece la enfermedad (tíos, abuelos o primos) también tienen más probabilidades de desarrollar esquizofrenia que la población general. El riesgo es mayor para un gemelo idéntico de una persona con esquizofrenia. En este caso, existe entre un 40 a 65 por ciento de posibilidades de desarrollar el trastorno.

Además, es posible que no sean sólo genes los que causan el trastorno. Los científicos sostienen que debe haber una interacción entre los genes y el medio ambiente para que se desarrolle la esquizofrenia. Pueden estar implicados muchos factores ambientales, como infecciones virales y malnutrición intrauterina, complicaciones durante el nacimiento y otros factores psicosociales aún no conocidos.

Diferente química y estructura del cerebro. Los científicos sostienen que un desequilibrio en las reacciones químicas complejas e interrelacionadas del cerebro, que incluyen los neurotransmisores dopamina y glutamato y quizás otros, pueden jugar un papel decisivo en el desarrollo de la esquizofrenia. Los neurotransmisores son sustancias que permiten la comunicación entre las células. Los científicos siguen estudiando la química del cerebro y su relación con la esquizofrenia.

Además, de cierta manera, los cerebros de las personas con esquizofrenia son diferentes de los de las personas sanas. Por ejemplo, las cavidades llenas de fluido ubicadas en el centro del cerebro, llamadas ventrículos, son más grandes en algunas personas que padecen esta enfermedad. Los cerebros de las personas con esquizofrenia también tienden a tener menos materia gris e incluso algunas áreas pueden tener más o menos actividad.

Estudios del tejido cerebral en personas fallecidas revelaron diferencias en los cerebros de aquellas con esquizofrenia. Los científicos descubrieron cambios menores en la distribución o en las características de las células cerebrales que posiblemente ocurrieron antes del nacimiento. Algunos expertos creen que ciertos problemas durante el desarrollo del cerebro antes del nacimiento pueden llevar a conexiones defectuosas. El problema puede no manifestarse hasta la pubertad, cuando el cerebro experimenta importantes cambios y estos cambios pueden desencadenar síntomas psicóticos. Los científicos han aprendido mucho acerca de la esquizofrenia, pero se debe seguir investigando para poder descubrir cómo se desarrolla.

¿Cómo se trata la esquizofrenia?
Como aún no se conocen las causas de la esquizofrenia, los tratamientos se concentran en tratar de eliminar los síntomas de la enfermedad. Éstos incluyen medicamentos antipsicóticos y varios tratamientos psicosociales.
Medicamentos antipsicóticos
Los medicamentos antipsicóticos han estado disponibles desde mediados de 1950. Los más antiguos son los convencionales o "típicos" tales como el haloperidol.
En la década de 1990, se crearon nuevos medicamentos antipsicóticos que se conocen como de segunda generación o "atípicos". Algunos ejemplos incluyen risperidona, olanzapina, quetiapina, aripiprazol, etc.

¿Cuáles son los efectos secundarios?
Algunas personas padecen efectos secundarios cuando comienzan a tomar estos medicamentos, pero en su mayoría desaparecen después de unos días y a menudo pueden ser tratados con éxito. Los medicamentos antipsicóticos atípicos pueden hacer que una persona engorde en forma considerable y cambie su metabolismo, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes y colesterol alto. El médico debe controlar regularmente el peso, los niveles de glucosa y los niveles de lípidos de una persona que está tomando medicamentos antipsicóticos atípicos.
Estos medicamentos también pueden tener efectos secundarios relacionados con el movimiento físico, como:
Rigidez
Espasmos musculares persistentes
Temblores
Desasosiego
El uso prolongado de medicamentos antipsicóticos típicos puede desencadenar en una condición llamada disquinesia tardía (DT) que se caracteriza por movimientos musculares involuntarios, generalmente en la zona alrededor de la boca. La DT puede presentarse en forma leve o severa y en algunas personas no tiene cura. En ciertos casos, las personas se recuperan en forma parcial o total cuando dejan de tomar el medicamento.
La DT aparece en algunas personas que toman antipsicóticos atípicos, pero en realidad puede darse en cualquier persona. Las personas que piensan que podrían tener DT, deben consultar con el médico antes de dejar de tomar el medicamento.

¿Cómo se toman los antipsicóticos y cómo las personas responden a los mismos?
Comúnmente, ciertos síntomas de la esquizofrenia, como sensación de agitación o alucinaciones, desaparecen después de algunos días. En el caso de los delirios, pueden tardar un par de semanas. Pero la gran mayoría verá importantes mejoras pasadas unas seis semanas.
No obstante, las personas responden de diferentes maneras a los medicamentos antipsicóticos y nadie puede garantizar de antemano cómo una persona responderá. A veces, una persona debe probar varios medicamentos para dar con el indicado. Los médicos y los pacientes pueden trabajar juntos para encontrar el medicamento o la combinación de medicamentos ideal, así como la dosis correcta.

Algunas personas pueden sufrir una recaída, que es cuando los síntomas vuelven a aparecer o empeoran. En general, las recaídas ocurren cuando se dejan de tomar los medicamentos o cuando se toman esporádicamente. En ciertos casos, las personas dejan de tomar los medicamentos porque se sienten mejor o porque piensan que ya no los necesitan. Pero nadie debe dejar de tomarlos sin consultarlo con el médico. Si el médico confirma que puede dejar de tomar los medicamentos, lo debe hacer en forma gradual, nunca repentinamente.