jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Psiquiatría o psicoanálisis?


Todavía resulta complicado para muchas personas del público general establecer la diferencia entre psicología y psiquiatría (ver proximamente ¿Qué hace un psiquiatra?); incluso más común es la dificultad para distinguir la psiquiatría del psicoanálisis (queridos amigos, de la misma manera que Jesús no era cristiano, Freud no era psiquiatra). Para agregar más ingredientes a la confusión, dentro de la psiquiatría misma existen distintas corrientes de pensamiento: unas más cercanas a las ideas freudianas y otras que son próximas a los puntos de vista de la medicina en general.

Por todo lo anterior es que incluyo en la entrada de hoy la referencia a un libro que puede aclarar muchas dudas. Se trata de Of two minds. An anthropologist looks at american psychiatry (Acerca de dos mentes: Un antropólogo observa la psiquiatría norteamericana). El libro plantea de manera documentada la existencia de dos psiquiatrías, cada una poseedora de un paradigma propio para el entendimiento de la enfermedad mental y de quienes la padecen. Una se encuentra estructurada a semejanza del modelo biomédico (las enfermedades mentales como alteraciones del funcionamiento y la estructura del sistema nervioso central) y la otra se sustenta en el modelo psicodinámico (los conflictos inconscientes como generadores de padecimientos en la conducta, las emociones y los pensamientos).

La bifurcación entre estas dos corrientes tiene orígenes históricos y se mantiene en la actualidad tal vez por la tranquilidad que a algunos psiquiatras proporciona el recurrir al modelo biomédico como asidero que les permite sentirse capaces de resolver trastornos corporales de manera expedita mediante el uso de la farmacología, mientras que otros encuentran insuficientes las explicaciones biológicas y se inclinan por el ejercicio de un modelo psicodinámico en el que la enfermedad mental no puede entenderse a menos que conozca detalladamente la biografía del sujeto y su entorno social.

La autora de este libro encuentra que el psiquiatra orientado al modelo biomédico piensa en términos de enfermedades o trastornos, estableciendo una frontera bien dibujada entre éstas y la salud. En cambio, un psiquiatra psicodinámico piensa más en términos de las relaciones que sus pacientes establecen con otras personas, de sus emociones y de los motivos inconscientes que afectan su comportamiento. En este último caso no existe una diferencia clara entre salud y enfermedad.

El interés de la autora no es responder a la pregunta de cuál aproximación a la enfermedad mental es la correcta (si es que hay una). Por un a parte el modelo biológico ha contribuído enormemente a combatir el estigma asociado a las enfermedades psiquiátricas; por el otro, el modelo psicodinámico permite validar a los pacientes psiquiátricos como personas.

Desde mi punto de vista, la conjunción de ambos modeles nos permite brindar la mejor atención posible. La labor como profesional de la salud mental se torna más complicada porque el campo de estudio y actualización se duplica cuando nos interesamos por ambas corrientes psiquiátricas. Sin embargo, la satisfacción personal y de los pacientes a quienes ayudamos también se multiplica.