viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Problemas para dormir?

Aprovecho como pretexto que estoy preparando la clase de trastornos del sueño para mis alumnos de psiquiatría y así subir esta primera entrada "oficial" de psiquiatríaglobal.blogspot.com Lo primero que me viene a la mente es la concepción moderna del acto de dormir como una pérdida de tiempo y no como una función fisiológica vital y, en última instancia, placentera. Tengo que confesarlo: a mi me gusta dormir. Cada vez que experimento culpa por permanecer unos momentos de más durmiendo me viene a la mente la letra de I´m only sleeping de los Beatles:



Please don't wake me, no
don't shake me
Leave me where I am
I'm only sleeping

Please don't spoil my day
I'm miles away
And after all I'm only sleeping

¡John Lennon tenía razón! La experiencia de dormir (dejando de lado el fenómeno de los sueños que merece un capítulo aparte) puede ser sublime y, por lo tanto, no es de extrañar que un buen dormir es lo primero que quiseran recuperar un gran número de pacientes con depresión y otros padecimientos psiquiátricos. Sin embargo, es entendible que en la sociedad posmoderna el dormir "más de lo necesario" sea un signo de debilidad o de falta de ambición; a este respecto al menos se ha ganado algo en comparación con la inquietante vecindad que durante otras épocas ha tenido el dormir con el pecado (recomiendo la serie Los 7 pecados capitales del canal History, en particular el programa dedicado a la pereza).

¿En realidad hay razón para envidiar a las personas cuyos relójes biológicos les permiten dormir poco para funcionar bien durante el día? Seguro que todos hemos leído que personajes tan disímbolos como Leonardo Da Vinci y Fidel Castro requerían dedicarle apenas un mínimo de tiempo a su sueño (supongo que Castro, ahora un anciano, tiene que dormir más horas durante el día). Tal vez no si consideramos que las personas que menos duermen tienen más posibilidad de desarrollar enfermedades metabólicas y cardiovasculares. En todo caso es algo que no podemos cambiar: el tiempo que cada uno de nuestros organismos necesita para dormir está regulado biológicamente y no hay mucho que hacer para cambiarlo.

Entender cómo funcionan los reguladores internos del sueño es de lo más interesante. Les recomiendo el libro Entra en tu cerebro (autores: Sandra Aamodt y Sam Wang; editorial: Ediciones B), en particular el capítulo 4: Ritmos fascinantes: relojes biológicos y jet lag. Si lo leen, aprenderán que exponerse a la luz en la mañana nos facilita despertarnos más temprano en la mañana del día siguiente; por el contrario, exponerse a la luz en la noche "mueve" la hora de despartar del día siguiente hacia adelante (más tarde).

Muchas personas se quejan de dificultades para conciliar el sueño o para despertar generadas por el cambio en el horario de verano o de invierno. En realidad no parece que deba haber mayor problema por un adelanto o retraso en una hora en el reloj. Para poner un ejemplo, los desfases entre el ritmo biológico y el horario local de alguien que viaja a otro país ocurren cuando se atraviezan al menos dos zonas horarias. Una zona horaria abarca 1,600 kilómetros en el eje Oeste-Este del planeta y equivale a una hora de diferencia con respecto a la zona horaria previa o posterior; así, una hora de adelanto o retraso no debe causar grandes alteraciones en nuestro ciclo sueño-vigilia.

Bien, antes de que acaben por sentirse somnolientos, me gustaría preguntarles: ¿cuál es el horario de sueño que les gustaría tener? Durante mucho tiempo pensé que la única forma de poder vivir con mi horario fantaseado sería siendo escritor: irme a dormir a las 4 de la madrugada y despertar a las 11 de la mañana del mismo día. Mi idea cambió radicalmente cuando conocí a Rafael Ramírez Heredia (autor de las novelas La Esquina de los ojos rojos y La Mara, entre otras muchas obras; ya falleció) en un diplomado sobre edición de libros donde nos explicaba que se despertaba todos los días a las 6 de la mañana para empezar a escribir a las 7. En fin, como dicen en inglés: I´ll sleep (sin culpa) when I´m dead.