Los factores pueden ser muchos: falta de comunicación, no saber afrontar las dificultades que vienen, problemas con los hijos, discusiones por diferencia de poder o diferentes niveles económicos, no respetar la individualidad o profesionalidad del otro, falta de compromiso, separación física, aparición de la rutina, mala o escasa sexualidad y, por supuesto, la violencia física y verbal.